04 abril 2007

Moteros con barba de dos días

Desde que me compré la moto volví a revivir las emociones de la juventud, a lomos de un trozo de hierro y plástico. La compré con la excusa de necesitar un segundo vehículo para ir a trabajar. En realidad, la misma función hubiera hecho un coche de segunda mano, pero quizá la "crisis de los 40" o las ganas que tenía de una moto, o las dos cosas hicieron que me comprara una moto de 125cc.

Al principio, durante el rodaje, salí de ruta solo. Quizá "solo" no, sino como única motocicleta, pues mi mujer venía detrás de mi con el coche. Con el tiempo encontré un grupo de gente que le gustaba ir en moto como a mí. La convalidación del A1 con los tres años de B tiene estas cosas. El caso es que nos encontramos un grupo de gente ya talludito (el más joven: taitantos) para salir de ruta.

Al principio fue divertido, la única diferencia con los niños es que nuestros juguetes eran mucho más caros. Se empeñaron en hacerme ir delante ("Notxor sabe el camino", "Notxor se ha estudiado la ruta", "Notxor no descuelga a nadie", "Notxor siempre va atento"). El que yo dejara de disfrutar las rutas por ir más pendiente de los demás que de mí mismo no les importaba. Todos asentían cuando yo me negaba a ir el primero, pero a la hora de la verdad siempre esperaban a que yo tomara la cabeza.

Cuando decidimos hacer un "club motero" fui nombrado vicepresidente, sin yo quererlo. Sin embargo, yo no estaba bien, no me encontraba a gusto en ese papel (ni en ningún otro). Mi percepción de que somos domingueros que nos dedicamos a jugar los fines de semana a ser moteros duros con barba de dos días (los lunes vamos perfectamente afeitaditos y con corbata al trabajo) se estaba imponiendo.

Por otro lado, el otro día cuando fuimos a lo alto del Moncayo, el no seguir la disciplina de grupo el escaparme con la moto e ir "a mi bola", a mi ritmo, disfrutando cada curva, cada recta, cada frenada, cada tumbada, me hicieron tomar la decisión de abandonar ese club. En realidad no dejo el club, no he llegado a pertenecer a él porque aún no estaba fundado ni registrado. Lo he dejado antes de entorpecerles. Me han pedido explicaciones de por qué me voy. Tampoco podía explicarles el por qué, porque no hay una sola razón. Sin embargo, necesitaba explicarselo a alguien, que quizá tampoco lo entienda, pero al menos no se ofenderá por alguna de las razones expuestas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues a mi me parece normal y con unas razones bastante claras. La moto la compraste para disfrutar, y no lo estabas haciendo. Dado que el club de motos no es una necesidad vital, es normal que te decepcione al disminuir el entusiasmo generado.

Si crees que vas a disfrutarlo más así, pues a por ello ;)

Anónimo dijo...

totalmente de acuerdo con driadan. Si lo que pretendías era disfrutar de las rutas y de tu moto, realmente no lo estabas haciendo.
Ánimo.