28 marzo 2008

escucha cantar a la sirena

Rodando, rodando me he tropezado con esto.

Es cuestión de relajarse, prestar sólo un poquito de atención y mandar al mundo a hacer gargarismos durante unos minutillos de nada.

Y después... A estremecerse un rato.




Y la canción, song of the siren, viene a decir algo así como:


Tras larga travesía en océanos desiertos,
me esforcé por sonreir,
hasta que tus ojos gozosos y tus dedos
me atrajeron febril a tu arrecife.
Y cantabas:
navega hacia mí, navega hacia mí
déjate envolver
estoy aquí, estoy aquí
mi abrazo te espera.

¿Soñé que soñabas conmigo?
¿Eras liebre y yo zorro?
Ahora mi enloquecido barco
martillea las rocas herido de amor,
porque tú cantas:
“no me toques, no me toques, vuelve mañana:
mi corazón teme el dolor”

Abrumado como un recién nacido,
en desafío contra la marea
¿debería permanecer entre las rocas?
¿o descansar junto a mi esposa la Muerte?

Escucha mi canción:
“nada hacia mí, nada hacia mí,
déjate envolver,
estoy aquí, estoy aquí,
Mi abrazo te espera.”


Todavía tengo la carne de gallina. No es broma.

25 marzo 2008

A veces ser lacónico es suficiente.


Y nada más por hoy.

19 marzo 2008

Muere Arthur C. Clarke

Hoy, los aficionados a la ciencia ficción, y cualquier amante de la literatura en general, estamos de luto. Anoche nos dejó uno de los escritores más emblemáticos del mal llamado género sci-fi.

A los 90 años quizá por la edad o por un síndrome post-polio que en ocasiones le postraba en una silla de ruedas, falleció en su casa de la India. Autor de numerosas novelas y relatos cortos entre los que destacan El Guardián (en el que se basa Odisea 2001) o mi favorito Cuentos de la taberna del ciervo blanco. Entre las novelas podemos destacar a Cánticos de la lejana tierra, novela atípica del maestro pues se centra más en los sentimientos e interacción de los personajes que en la ciencia propiamente dicha... o la versión dura de la ciencia ficción Cita con Rama, novela que vuelve sobre una de las bases de la narrativa de Arthur C. Clarke: el encuentro con civilizaciones extraterrestres.

Quizá el momento más recordado de su obra sea el firmado al alimón con Stanley Kubrik y la música más relacionada con él sea Also sprach Zarathustra de Richard Strauss

01 marzo 2008

Pasa tiempo. O no...

Encuentren las siete diferencias...




Efectivamente. No las hay.

Viajando lejos



Hoy, que me encuentro perrunillero, me apetece dejar constancia de algo que, desde que lo leí (después de escuchar cierta maravillosa versión en catalán, bien es cierto) me ha venido persiguiendo y deleitando en cada ocasión.
Una perla. Un tesoro. Una experiencia. Un viaje.

Konstantínos Kaváfis.

ÍTACA.

Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca

debes rogar que el viaje sea largo,

lleno de peripecias, lleno de experiencias.

No has de temer ni a los lestrigones(1) ni a los cíclopes,

ni la cólera del airado Posidón.

Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta

si tu pensamiento es elevado, si una exquisita

emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.

Los lestrigones y los cíclopes

y el feroz Posidón no podrán encontrarte

si tú no los llevas ya dentro, en tu alma,

si tu alma no los conjura ante ti.

Debes rogar que el viaje sea largo,

que sean muchos los días de verano;

que te vean arribar con gozo, alegremente,

a puertos que tú antes ignorabas.

Que puedas detenerte en los mercados de Fenicia,

y comprar unas bellas mercancías:

madreperlas, coral, ébano, y ámbar,

y perfumes placenteros de mil clases.

Acude a muchas ciudades del Egipto

para aprender, y aprender de quienes saben.

Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:

llegar allí, he aquí tu destino.

Mas no hagas con prisas tu camino;

mejor será que dure muchos años,

y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,

rico de cuanto habrás ganado en el camino.

No has de esperar que Ítaca te enriquezca:

Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.

Sin ellas, jamás habrías partido;

mas no tiene otra cosa que ofrecerte.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.

Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,

sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

(1) Lestrigones, tribu mitológica de gigantes antropófagos, para todo aquél, que, como yo, no lo supiera, o supiese.