25 abril 2009

La moza y el abedul



Hace tiempo que echaba de menos a estos locos. Especialmente a Johan Sebastian Mastropiero... que lo disfruteis.

21 abril 2009

Excusas

Llevo unos días organizando unas jornadas de prevención de drogodependencias en el centro donde trabajo. Un centro de estudio superiores y los alumnos con los que estoy trabajando son de "veintipocos" años (se supone que la élite del país de aquí a unos años). Al principio iba a titular este post como "el Hombre es imbécil pero le gusta pensar que es muy inteligente". Sin embargo, resultaba muy largo y tampoco me llevaba al punto que quiero comentar. Es complicado presentar el hecho que quiero subrayar porque afecta a los sentimientos más que a la razón y es posible que por ello parezca que le doy muchas vueltas. Llevamos ya tres días a razón de dos sesiones por día y los alumnos se muestran receptivos ante el mensaje que les lanzamos de prevención. El curso es voluntario y por tanto podemos estar seguros que los asistentes asisten con ánimo de aprender y participar. Aprenden y participan, no me entendais mal, pero hasta hoy no me he dado cuenta de que hay un problema en ellos. Reflexionando un poco más, me he dado cuenta de que el problema no es de ellos, sino en general de la condición humana.

Resumo por no ponerme pesado. Cuando hemos tratado sustancias que todo el mundo señala como "drogas" no tienen inconveniente en admitir los perjudiciales que ciertas conductas son para la salud, la sociedad o el círculo social y relacional del individuo. Incluso los fumadores llegan a admitir lo perjudicial del tabaco (aunque solo sea por la presión social o mediática que existe en torno a él).

Pero también hemos tocado el alcohol y los cambios en el patrón de consumo ¡Ah! el botellón y a partir de ahí la cosa ha cambiado. Se han oído todo tipo de excusas: "eso es normal", "eso lo hace todo el mundo", "la bebida en las discotecas es carísima", "¿dónde vas a ir si no?". Excusas.

Excusas puestas cuando la conducta criticada es la que realizamos de forma habitual... y claro: eso es normal. La palabra normal da para otro post, porque ¿qué es normal? ¿normal comparado con qué? O expresado de otra forma: si vas con un grupo que se beben 15 cubatas y tú te bebes 10 ¡hasta estás bebiendo poco!

Es fácil asumir y decir que los otros consumen drogas, son unos drogadictos o unos viciosos; pero es muy complicado asumir las conductas de riesgo propias. Y me hace pensar que cuanto más reticente a admitir "esa verdad" se muestra el individuo más riesgo corre. Por otro lado, podemos estar más o menos tranquilos en su relación con las drogas ilegales, pero algún elemento de éstos se tiene que estar poniendo tibio en los botellones.

05 abril 2009

Pues yo también estaba algo nostálgico

Pues eso, que también me sentía algo abrumado por la "inevitable levedad del ser" y me ha dado por poner esto.

La profesora de doña Margarita, la neurocientífica

Hace algunos meses, tal vez diez mil, escribí un comentario sobre una "señora de" (un ejemplar de esos que para ser alguien tiene que ser de alguien, así, como si fuera propiedad privada). Ella pontificaba sus delirantes teorías y las justificaba diciendo que las había estudiado en la Universidad, más concretamente cuando estudiaba Psicología.
Bueno, pues ya ha aparecido una de las que debió ser sus profesores (la verdad es que no lo fue, pero merecería haberlo sido):



Vale, ésta no dice nada de las cacas... Ni de los espermas...
Pero es que estaba en otra Universidad y lo mismo el público se moría de risa, o de argo.
No pienso valorar más la actitud de la "conferencianta", ni el contenido de su disertación.
Aunque no me resisto a recordarle a esta eminencia, que se le ha olvidado decir a esos niños onanistas con llave -o a sus padres, que deberían estar con ellos, ¿mientras se tocan?, no me quedó claro-, al respecto de los tocamientos torpes, que se les puede secar la médula y quedarse ciegos, además de ser un pecado gravísimo y que si se mueren después de esos tocamientos irán de cabeza al infierno, ese que ha reabierto Venenito XVI, después de que lo cerrara su (homo) antecessor.

03 abril 2009

A la Taverna del Mar

Hoy ando un poco depre...

Será que me hago mayor:






En la taberna del Mar está sentado un viejo,
la blanquecina cabeza decaída,
enfrentado al periódico porque nadie le hace compañía.

Conoce el menosprecio que los ojos tienen por su cuerpo,
sabe que el tiempo pasó sin gozo alguno,
que ya no puede dar el antiguo frescor de la belleza que tuvo.

Es viejo, lo sabe muy bien, es viejo, se da cuenta,
es viejo, y lo nota cada vez que llora,
es viejo, y tiene tiempo, demasiado tiempo para verlo.
Era, era cuando era ayer, todavía.


Y se acuerda del sentido común, el embustero
como el sentido común le preparó este infierno,
cuando a cada deseo le oponía: ¡mañana tendrás tiempo todavía!.

Y hacen memoria del placer que frenó,
de cada alba de gozo que se negó,
de cada hora perdida que ahora escarnece su cuerpo labrado.

En la taberna del Mar está sentado un viejo,
que, de tanto recordar, tanto soñar,
se ha quedado dormido en la mesa.