25 noviembre 2007

La del medio ambiente, el católico y el que se mueve menos que don Pin Pon en una cama de fieltro.

Hace pocos días, casualmente el día 19 de noviembre, qué víspera tan ideal, leí unas declaraciones preciosas a cerca de cómo se ha de acatar la futura ley de memoria histórica.

Decían así: “Retirar los símbolos franquistas es como destruir los puentes romanos”.

Esto lo dijo la Concejala de Medio Ambiente (¿Qué curioso, por qué no estará entero?) del Ilustrísimo Ayuntamiento de Madrid, la ínclita librepensadora y cima del pensamiento ibérico, sra. de Aznar, doña Botella, Ana.

Y después de comparar una estatua del difunto caudillo con el puente de Alcántara, o con el Acueducto de Segovia (¿por qué no?) se quedó tan ancha, y tal vez se comiera una pera, o una manzana, o las dos. Y no señor, no se le cayó la cara de vergüenza ni nada.

Porque claro, después de tanta apacible tranquilidad, después de tantos años es lógico. Deben de nacer careciendo de vergüenza. O tal vez sea que el ser legionaria de Cristo lo lleva implícito. La legión es lo que tiene.

Horas más tarde uno de los representantes legítimos de los seis millones de votantes (según él) pancarteros, decía en relación al presunto asesino del joven antifascista Carlos Palomino -16 años-:

“Es un verdadero soldado español, un héroe que merece una condecoración… No fue una lucha de bandas, sino un ataque contra un soldado español. Resistió la agresión de 30 energúmenos que intentaban lincharlo”. Ya ven, después de muerto, es que era un energúmeno.

Estas lindezas las dijo un tal José Luís Corral, jefe nacional del Movimiento Católico Español.

Que digo yo, que como mensaje católico, es flojito.

¿El pobre presunto asesino, iba vestido de soldado... a una manifestación, de un partido político que se separa del orden constitucional?

Con lo cual ya no me extraña nada, pero nada, que camisas azules –esos del hueso del dedo- gritaran en la explanada del Valle de los Caídos esta bonita soflama: “¡Que nos den mujeres para procrear fascistas españoles!”. (Esto sí, lo dijeron el mismísimo día 20 de noviembre).

Eso, traédmelas al tarro, que yo las ordeñaré. Que no se molesten ni siquiera en buscar. Y que se pongan encima, para no tener que moverse, ya que se ponen… Y por supuesto, que no les cobren.

Con un poco de suerte, les saldrán niñas legionarias y/o niños-hueso.

¡Qué bonito el fascio patrio y sus "amigüitos"!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simplemente GENIAL