15 julio 2007

Albarracín

Esta mañana madrugué y me fui a Albarracín. Hacía mucho tiempo que no me iba de ruta y para desquitarme esta ha sido larga (213 Km de ida y otros tantos de vuelta).
El sitio es precioso, sólo hay que ver la foto de por donde se entra. Sin embargo, la ruta en sí es un poco sosa... pero vamos por partes.
Nos levantamos (mi mujer y yo) esta mañana a las 7:30 horas, hemos desayunado tranquilamente y salíamos a eso de las 8:15 dirección al sur. Desde Pedrola hemos tenido viento, mucho viento que soplaba en algunos punto con bastante fuerza. Además siempre en contra nuestra. El viaje se ha hecho incómodo y aburrido por momentos. Especialmente cuando hemos atravesado La Almunia de Doña Godina y encarado una inmensa recta hasta Cariñena. Una vez doblamos hacia la derecha nos espera otra enorme recta (bueno, hay un par de curvas suaves) hasta Paniza. Aquí el trazado se anima un poco para sobrepasar el puerto de 986 metros de altitud. La ascensión ha sido agradable puesto que estábamos en la cara cubierta de viento. La bajada ha sido un infierno debido a rachas de aire que azotaban de lado. En Daroca hemos parado a tomar un café y relajarnos. Nunca vi tanta mosca junta en un bar. Tras muy poquitas curvas, Báguena y Burbáguena para llegar a Calamocha, donde empieza la autovía. Allí nos hemos desviado en dirección al Poyo del Cid-Fuentes Claras para bajar por la N-234 y no sufrir el aburrimiento de una autovía. Sin embargo, la cosa no ha sido mucho mejor. Interminables rectas y el viento de cara que ha molestado todo lo que ha podido y más.
Llegados a Santa Eulalia (donde tenía previsto desviarme a carreteras más secundarias) hemos parado a echar gasolina y a replantear el recorrido. No me atrevía a meterme por carreteras estrechas con el viento que soplaba, así que me decidí a seguir hasta Cella y de allí a Gea de Albarracín. A partir de aquí la carretera se vuelve sinuosa al discurrir paralela al cauce del río Turia. Protegido del viento he podido disfrutar de este tramo.
Llegamos a Albarracín sobre las 11:00 y aunque no es muy grande patearlo se hace una empresa bastante dura. Está en una ladera casi imposible, las calles no son calles, son escaleras; y como pasa en Toledo, hasta las cuestas abajo hay que subirlas. La comida bien... cara y escasa, como en todos los sitios turísticos, pero al menos era de calidad, el agua estaba fría y las copas limpias.
La vuelta ha sido como la ida, poco más o menos, salvo que el viento soplaba "de popa" y aunque ha molestado tanto como por la mañana, al menos no me daba en la cara.

No hay comentarios: