05 marzo 2007

Friki-ruta al Monasterio de Piedra


Alguna vez ya lo he comentado con alguien. Ir al Monasterio de Piedra desde mi casa es bordear el frikismo más radical haciendo una inmersión "cósmica" (como diría Dalí) en el Señor de los Anillos de Tolkien. Desde el principio hasta el final.

Comenzamos con que habíamos quedado en una gasolinera de Alagón (sí, Alagón, hijo de Aragón). Más o menos puntualmente nos presentamos 5 motos para iniciar la ruta "iniciática" (valga la rebuznancia).

Al salir de una curva, tras uno árboles se encuentra uno con la indicación de Bárboles. Al continuar por la misma carretera también se pasa por Bardallur. Siendo domingo por la mañana no hay mucho tráfico y podemos ir a nuestro ritmo sin que "las latas" se peguen al culo o te hagan alguna pirula porque van con prisa. Para uno de los que venía era su primera ruta y tenía tendencia a quedar rezagado con respecto al anterior. Hasta Épila comandó el grupo Carlos (Kapal) y nuestra escoba era Fernando con su CBF 650. Por mi parte, estoy contento de poder rodar a retaguardia aunque sólo fuera un ratillo.

A partir de Épila pasé a cabeza y Carlos a retaguardia a velar por los dos nuevos. Llegamos a la Almunia de Doña Godina y continuamos por la antigüa carretera nacional pasando por Mularroya y su parque natural. Desde allí tomamos la autovía hasta el desvío de Nuévalos (con dos puertos por medio y una moto con dos personas). Eternas subidas, aunque afortunadamente no había camiones. Abandonando la N-II y tomando la carretera de Nuévalos nos encontramos algo más de tráfico, una lata con la "L" a la que pasó el grupo con soltura, a pesar de llevar a dos "nuevos" ruteros.

Ya se nos había pasado un poco el tema de Tolkien cuando llegamos allí. Si nos fijamos en el mapa que te dan con la entrada descubres nombres míticos tolkienanos, hay un "mirador de la puerta negra", hay un "lago del espejo"... Si te dejas arrastrar por la magia del sitio te puedes transportar a la historia de Tolkien con facilidad. Cuando penetras en el interior de la montaña para pasar por debajo del "salto de la cola de caballo", bajas por una escalera angosta y húmeda que da acceso a una gruta con sus estalactitas (o estalacmitas, que siempre me hago un lío). Cuando te mueves por allí, para imaginarte que estás en Moria sólo te faltan el Frodo y el puto anillo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

uff, recuerdo que era un sitio bastante bonito, pero era muy pequeño como para asociarlo con Tolkien.

Si vuelvo a ir, me acordaré de ti y la relación con el señor de los anillos.

Anónimo dijo...

Sí, sí, el sitio es pequeño comparado con la Tierra Media, claro. Pero son los nombres los que tienen esas reminiscencias tolkienanas que comento.

Cuando yo vuelva (que lo tengo más fácil) me acordaré de que tu te acordarás de mi y por tanto me acordaré de acordarme de ti. :-D

Un abrazo.