04 julio 2007

Amnesia para todos... O casi.

La amnesia es un triste, muy triste problema neurológico por el que no se puede recordar parte –o todo- de lo ocurrido tiempo atrás. Es triste porque si no eres capaz de recordar lo que fuiste no podrás saber nunca lo que eres.

Es anterógrada si has tenido un accidente, o algo así, y a partir de entonces ya no puedes recordar nada de lo que te ha pasado con posterioridad al momento del trauma. Eres incapaz de aprender nada nuevo. La buena noticia es que en algunas ocasiones, raras, resulta que uno se recupera.

Es retrógrada… cuando te niegas a pensar que tu memoria no es la única que existe y te enfadas cuando no quieren que se la impongas a nadie sin permiso, como hasta ahora; es retrógrada cuando tú decides qué es de interés general; cuando a ti no te interesa que puedan hurgar en tus entrañas putrefactas –como bien decían Lorca y sus amigos-, y sin embargo envenenas, engañas y manipulas a todo aquel que quiera escucharte (y entre beatonas y meapilas, se puede juntar mucho personal impresionable). La mala noticia es que de esto es aún más difícil que uno se recupere.

¡Qué recuerdos tan agradables vienen a mi memoria de aquel soleado día cuando se beatificaron, durante el reinado del papa polaco (milagrero sobre todo en la fórmula uno), a casi 250 valencianos –así, todos juntitos en tamaña e indecente promiscuidad-, por haber sido víctimas inocentes en 1936 del odio hacia dios!

Y yo, ingenuamente, me pregunto ¿cuántas víctimas han sido, y son debidas al odio del propio dios?, o de lo que alguien decide que dios debe odiar. ¿O es que esas víctimas repudiadas por el mismo dios no merecen recordatorio alguno?

Y por cierto, ¿quién envenena a dios para que se dedique a odiar?

Víctimas todas: los seres vivientes de antes del diluvio, salvo aquellos del “justo” del arca. Todas víctimas: las de Sodoma y Gomorra (que viendo a qué se dedicaban los sodomitas, a veces me asusto al pensar qué tipo de aberraciones sexuales debieron cometer los gomorritas y, claro, se me hace la boca agua… y lo que no es la boca; y es que uno no es de piedra, ni … estatua de sal, mmm y menos mal que las hijas de Lot tenían el suficiente vino como embriagar a su padre y poder repoblar el mundo porque, además, fueron los únicos que se salvaron, hay que ver que curioso).

Últimamente también son víctimas todos los afectados por las cruzadas, incluida la de los albigenses que ocurrió dentro de Europa, y también la de los niños, cuyas motivaciones no están nada, nada claras, pero acabó pasando lo que acabó por pasar. Los niños, claro, ese oscuro objeto del deseo del fundador de los legionarios de cristo, ejemplo entre otros muchos. ¿Es que nadie se preocupa por los niños? Sin problema, alguien habrá que pida que se le acerquen…

No se puede uno olvidar de las víctimas de la guerra santa porque Allah “lo volt” (¿o es que no es el mismo dios?), ni de los muertos porque dios odia a los negros, o a los maricones, o a cualquiera otra cosa que algún enfermo mental decida que dios deba odiar. Por cierto, ¿cómo puede dejarse manipular así? Bueno, dicen que es omnipotente. Debe de poder hacerlo todo.

Pero se me estaban olvidando las víctimas de la “cruzada nazional”. Los muertos por el odio hacia dios…

En Valencia, cerca de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, la alcaldesa permutó unos bonitos terrenos y allí mismamente se va a construir un bonito ejemplo de tolerancia, “savoir faire” democrático y amor al prójimo (al suyo), dedicando una preciosa capillita de no quiero saber cuántos metros cuadrados, a esos dignos mártires del 36 (los demás no merecen tener tal cosa, supongo, ¿ni siquiera la condición de muertos del 36?).

Mientras tanto, miembrillos de la iglesia siguen recomendando el voto a Falange (como si votar a un hueso les fuera a solucionar algo; siempre es preferible que voten a Legión, que como personaje bíblico que es, debería estar mejor situado), porque salvaguarda los valores familiares históricos y tradicionales; y abominan de la ley de la memoria histórica, y de la asignatura de la educación para la ciudadanía, y por lógica, de todo aquello que atente contra su monopolio adoctrinador, nunca mejor dicho. Por aquello de la doctrina de la secta, digo de la iglesia.

Qué triste lástima que se pretenda imponer una memoria, como si el resto no tuvieran derecho a que nadie se acuerde de ellos, pero eso sí, en nombre de SUS principios “democráticos”, de SU “libertad de expresión” y de la penita que dan porque nadie les quiere y todo el mundo les insulta porque son pequeños, como otro indefenso Calimero.

Adoctrina desde la cuna y tendrás un lindo ejército de fans enfervorizados capaces de oponerse a su propio dios si se lo dice su ídolo: Benito Superstar, Rouco Superstar, Chemari Superstar o cualquiera de estas “mentes previlegiadas” que pululan por doquier en el solar patrio.

¿Qué diría su dios si levantase la cabeza?, antes, claro está, de que le vuelvan a asesinar.

Porque, según creo recordar, alguno decía era el dios del amor (¿al estilo de la pagana Grecia, o la pagana Roma?, no, no lo creo.), sin embargo se ha debido reconvertir en otro…

O tal vez no.

En cualquier caso, qué mala memoria gastan algunos, ché…

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