Rodando, rodando me he tropezado con esto.
Es cuestión de relajarse, prestar sólo un poquito de atención y mandar al mundo a hacer gargarismos durante unos minutillos de nada.
Y después... A estremecerse un rato.
Y la canción, song of the siren, viene a decir algo así como:
Tras larga travesía en océanos desiertos,
me esforcé por sonreir,
hasta que tus ojos gozosos y tus dedos
me atrajeron febril a tu arrecife.
Y cantabas:
navega hacia mí, navega hacia mí
déjate envolver
estoy aquí, estoy aquí
mi abrazo te espera.
¿Soñé que soñabas conmigo?
¿Eras liebre y yo zorro?
Ahora mi enloquecido barco
martillea las rocas herido de amor,
porque tú cantas:
“no me toques, no me toques, vuelve mañana:
mi corazón teme el dolor”
Abrumado como un recién nacido,
en desafío contra la marea
¿debería permanecer entre las rocas?
¿o descansar junto a mi esposa la Muerte?
Escucha mi canción:
“nada hacia mí, nada hacia mí,
déjate envolver,
estoy aquí, estoy aquí,
Mi abrazo te espera.”
